sábado, 13 de septiembre de 2008

Lo que se muestra

No es que una parte decisiva de mí permaneciera siempre oculta a los ojos de todos: yo era lo que estaba escondido, yo consistía en mi secreto y en mi trivial clandestinidad, y el resto, lo exterior, la cáscara, lo que veían los otros, no me importaba nada, no tenía nada que ver conmigo.

Con vanidad literaria quería refugiarme en mi condición de desconocido, de escondido, pero lo cierto es que también había en mí una propensión a la conformidad tan acentuada al menos como mi instinto de rebeldía, con la diferencia de que la conformidad era práctica y real, mientras que de la rebeldía sólo llegaba a traslucirse ocasionalmente de cara a los demás una confusa actitud de disgusto.

Sefarad
Antonio Muñoz Molina

No hay comentarios: